Sean Connery, la fascinante vida del hombre que definió a James Bond
La verdadera historia de amor de Sean Connery estuvo plasmada con la artista plástica Micheline Roquebrune.
Todos sabemos que este legendario actor de tantas y numerosas películas conquistó a bellezas como Brigitte Bardot, Ursula Andress, Raquel Welch y Lana Wood. Igualmente esos apasionados romances nunca fueron confirmados pero debido a su fama, también legendaria, llegaron al señalarlo en el año 1989 por la revista people como el hombre más sexy del mundo (y cuando tenía casi 60 años) todo un titulo!
Sucede que Sean fue un icono de elegancia, seducción y masculinidad que marcó a fuego el siglo XX. Piensen que fue amado por tres generaciones y fue el primero que encaró el personaje del famoso "James Bond" durante siete películas a lo largo de 20 años.
Es más, su actuación del agente secreto fue tan destacada que se siguió proyectando sobre los "007" que se sucedieron.
Imagínense la cantidad de corazones que robó a infinidad de mujeres en su vida. Pero la que logró domesticar su espíritu aventurero fue Micheline Roquebrune, la artista plástica francesa con quien compartió los últimos cuarenta y cinco años!
La historia cuenta que se conocieron en el año 1972 en un club de golf en Marruecos durante unas vacaciones de ambos que se habían tomado lejos, lejos de sus respectivas familias. Y a partir de ese momento se despertó el amor. Micheline contó "la llave estaba en la puerta. El, leyendo el diario sobre la cama, desnudo. De un salto me lance sobre la cama y desabroche mi cinturón de cuero tratando de golpearlo, mientras le bailaba sensual. El me agarró y me beso apasionadamente. Casi salvajemente. Animalmente"; fue su relato.
Es más, durante los días posteriores tuvieron que disimular el deseo que los consumía aunque de noche explotaba todo, también dijo.
Fueron solo cuatro días, donde durante el día jugaban al golf como dos extraños pero después se juntaban para hacer el amor como dos locos!
Pero...después de esos apasionados días, cada uno volvió a su vida, a sus cosas y a su familia.
Aclaremos que Sean estaba casado con la actriz Diane Cilento y todo volvió a la rutina, a la infelicidad de su matrimonio, a los reclamos, gritos, peleas etc. etc.
Hasta que dos años después terminaron separándose.
Fue entonces cuando el "007" nacido en Edimburgo le envió una invitación a Micheline para reunirse con ella en su casa de veraneo en Marbella.
Su reacción primera fue de rechazo pero luego, al enterarse de que nunca la olvidó y de cómo realmente la había extrañado todo cambió.
Y a partir de ese momento nunca más se separaron. Se casaron en el año 1975 en una boda discreta, intima donde Sean asumió el papel de padre de los hijos de Micheline: Olivier, Micha y Stephane. Por otro lado su nueva y flamante esposa manejó su carrera y sus finanzas con dedicación exclusiva, pero poniendo "especial" atención a cada una de sus "compañeras" de set.
Esta increíble historia de amor duró casi medio siglo, superó algunos affaires amorosos del actor y, finalmente, encontró estabilidad y armonía en el refugio familiar, en una mansión ubicada en Bahamas donde vivieron por veinte años. Está ubicada en Lyford Cay, en la isla de nueva providencia: imagínense un lugar excepcional bañado por el océano en tres de sus lados.
A partir de ahí, "Sir" Sean Connery (ya que la reina Isabel lo nombró caballero en el año 2000) se jubiló del cine; rechazando todas las propuestas que le llegaban, incluso aquellas que le pagaban fortunas por un simple cameo!
Solo se dedicó a mimar y consentir a su mujer, sus hijos y nietos, a jugar al golf, a nadar, a tomar sol y a gastar su fortuna, valuada en la suma de los trescientos millones de euros!
Lamentablemente y cargando con una demencia aguda donde, en los últimos tiempos no sabía quién era y tampoco podía expresarse, fallece el 31 de octubre a las 90 años, simplemente, durmiendo al lado de la mujer con quien compartió el desayuno todas las mañanas desde el año 1975.
Fue el ganador de un Oscar, dos Bafta y tres Golden Globes. Y su corazón estuvo mayormente en la isla del Caribe y en su Escocia natal.
Vivió, disfrutó la vida, e hizo hincapié fundamentalmente en su círculo más intimo: su familia.
Por todo esto y salvando las enormes distancias, disfrutemos cada uno de los momentos vividos, que pasan a un ritmo demasiado acelerado en nuestras vidas.
Sepamos diferenciar lo importante de lo que no lo es, para sí, tener (como podamos) una vida de excelencia también.
Sigamos siempre manteniendo la "fe y la esperanza"...y hasta la próxima!
Fuente: www.lanacion.com.ar