Historia de un argentino en el exterior
Es originario de Resistencia, Chaco y desde chico fue un soñador! Exploraba los rincones de su barrio y siempre imaginó ser el protagonista de una gran aventura.
En su adolescencia sus lecturas eran: las obligatorias, por sus estudios, y aquellas que los transportaban hacia un mundo lleno de posibilidades!
Además su objetivo no era cercano. Al contrario, su idea era irse lejos!
Pasó el tiempo y Diego seguía sintiéndose ajeno a su terruño; a la vez que perfilaba sobre planes más concretos.
Y llegó su primera aventura, a los veinte años, cuando junto a sus mejores amigos de la universidad emprendió el "Work and Travel" hacia los Estados Unidos; más precisamente hacia Colorado. Corría el año 2008, en plena crisis económica, lo que le provocó bastante dificultad trabajar en el exterior. Pero a pesar de sus ahorros limitados y lo corto que fue su viaje (apenas cuatro meses), pudo confirmar que estaba hecho para irse a otro país...
Dos años después repitió la experiencia mudándose de su lugar de nacimiento, Resistencia, a la capital Argentina, ya recibido de contador. Pero con su espíritu inquieto al año partió a trabajar a Boston en su especialidad. A su vuelta, a los 12 meses, armó su plan de manera minuciosa. Hasta que en el año 2014 recibió las tan esperadas ofertas laborales: una de Canadá y la otra de Alemania.
Por supuesto tuvo los comentarios de sus más íntimos que le decían que debía apostar a su país y quedarse a ser el factor de cambio para la sociedad que el realmente quería. Además estaba el aspecto sentimental de los más cercanos. Realmente no fue fácil. Diego jamás olvidará como le tembló el pulso cuando compró su pasaje, solo de ida! Pero la decisión estaba tomada.
Aquel julio del 2015 lo recibió con una temperatura record en la ciudad de Frankfurt, pero el estaba acostumbrado al verano chaqueño. Diez días antes de comenzar su contrato laboral ya estaba instalado recuerda, el que hoy ya es gerente del área impositiva en una de las empresas de servicios profesionales más importante del mundo!
Con el paso del tiempo reconoce que Frankfurt es una ciudad difícil para los que recién llegan y que le resultó complejo adaptarse. "No es permeable". Cuenta con 732.688 habitantes y es la quinta ciudad más grande de Alemania después de Berlín, Hamburgo, Múnich y colonia. Es, si, la más poblada del estado de Hesse.
Superado el período de adaptación dice, es una ciudad encantadora. Cuenta con uno de los aeropuertos más grandes de Europa, estando a un paso de casi cualquier lugar del mundo!
Nos comenta también que especialmente a los latinos nos cuesta adaptarnos al rígido temperamento alemán. Por ejemplo, no son para nada afables con la gente impuntual, que no tiene planes concretos y que anda "a la deriva". Al contrario, en este país se planifica a largo plazo y eso está presente también en la vida cotidiana de la gente. Diego en ese sentido no tuvo problema. Costumbre para comentarnos: es la de sacarse los zapatos en los interiores, además de lidiar por un tiempo con el idioma y también compartir un exquisito vino blanco en vez de cerveza. Convengamos que Frankfurt es la capital del vino Riesling y del Apfelwein (vino de manzana) típico de la región.
Es más, cada pueblito y ciudad alemana tiene distintas marcas de cervezas locales.
Por otro lado Diego llegó a Frankfurt con un excelente ingles. Alemán lo estudió en Resistencia y en Buenos Aires. A pesar de esto le costó mucho lanzarse a hablarlo. Nos dice: "me llevó casi un año soltarme y hacer mi día a día en alemán". Desde ahí sintió que esa ciudad elegida era su propio hogar.
Considera que el idioma es una de las llaves más importantes para el acceso a la integración.
En el distrito de Sachsenhausen cuentan con museos situados junto al río, que incluyen obras de bellas artes, películas e historia judía. Además la vieja ciudad adoquinada ofrece bares y restaurantes típicos.
Descubrió también que la ciudad tiene un amplio mercado laboral.
Por otro lado lo que más aprecia de vivir en Alemania es la calidad de vida...lo que en Argentina lo vemos como un "lujo"...Acá es totalmente normal.
Con una educación y empleo promedio se tiene acceso a muchas cosas; donde en otros lugares es necesario ahorrar un buen tiempo o realizar sacrificios.
Y nos da un ejemplo: con un trabajo de tiempo completo el individuo recibe seis semanas de vacaciones pagas, pudiendo viajar a otros países a bajo costo y además comprar todo tipo de bienes y servicios.
Destacó que el nivel de educación adquirido determina en forma precisa el acceso a los distintos ámbitos laborales.
No es lo mismo el trato de trabajadores rurales, al de los banqueros, o el de los profesionales y técnicos, por ejemplo.
Existe un sentido muy fuerte de comunidad. El estado provee de mucha y buena ayuda en temas de seguridad social. Nos dice: "la gente alrededor tuyo se interesa por vos y porque te vaya bien"
Hoy Diego Muller Mina tiene 32 años y disfruta de sus logros bien ganados. Por otro lado observa con nostalgia su tierra Argentina, la cual ama y que dejó atrás.
“Siempre se menciona lo que uno busca a la hora de emigrar, pero poco se habla de que pasa luego, cuando ya sos parte activa de la sociedad a la que llegaste", nos dice.
En Frankfurt aprendió que trabajar duro da frutos y que esos frutos están resguardados. Y también aprendió a sacar beneficio a la estabilidad que este país le brinda, como así también a superar el aburrimiento que consigo trae. Diego consiguió sus logros, los disfruta y bien merecidos los tiene. Qué bueno sería que se lograse en este país, nuestro país, pasar por lo mismo sin necesidad de irse. Pasará algún día?
Sigamos teniendo esperanza...Hasta la próxima!
Fuente: www.lanacion.com.ar